Se ha creado una especie de moda y furor a su alrededor. Pese a que se trata de una receta muy sencilla, se ha ido desarrollando una industria a su alrededor. Hoy en día es posible disfrutarlo en infinidad de establecimientos por todo nuestro país. Pero, ¿cómo es el verdadero cachopo asturiano?
Ya sabéis que en El Llagar de Titi nos gusta tratar de vez en cuando sobre los principales platos de nuestra gastronomía. Os hablamos hace tiempo, por ejemplo, del pitu de caleya, una receta muy navideña en los hogares de la región. En esta ocasión, vamos a hablar sobre un plato que ha traspasado fronteras.
Porque lo del cachopo ha superado cualquier expectativa, eso seguro. En una comunidad con una gastronomía tan amplia y rica es sorprendente cómo una receta tan sencilla ha creado tanta expectación. Si nos ponemos a reflexionar, ni siquiera dentro de Asturias tenía tanto reconocimiento hace apenas unos años. Siempre ha sido un plato para tomar en casa o en momentos puntuales, pero su ascensión ha sido imparable.
El verdadero cachopo asturiano tampoco tiene una historia de muchos siglos. Las primeras referencias que se tienen son de principios del siglo XX, alcanzando un buen prestigio sobre los años 50 y 60. De hecho, su creciente fama provoca que empiecen a aparecer variantes de pescado, pollo, cerdo o setas.
Lo que en un principio vio inalterado el verdadero cachopo asturiano fue su relleno; jamón y queso asturiano. Eso sí, se empiezan a probar otros ingredientes, como la cecina o los pimientos. De hecho, el pimiento es hoy en día un elemento casi innegociable en este plato.
Para su elaboración, la calidad de todos los ingredientes es un punto importante. Hemos de apostar por dos buenos filetes de ternera que sean largos y de buen tamaño. Un buen jamón serrano. La cantidad al gusto. ¿Eres amante de los quesos? Pues Asturias te ofrece una amplísima variedad de ellos para que elijas el que más te guste. Además, necesitaremos harina de trigo, huevo y pan rallado para rebozarlo, aceite, sal y pimienta negra. ¡Así de fácil!